lunes, 31 de octubre de 2011

Intentan proponer “Pena de muerte” por piratería electrónica


Últimamente EE.UU ha estado en el foco de muchas organizaciones que velan por la “libertad” del Internet gracias a su ley Protect IP que fue aprobada durante el gobierno de Bush, y ahora con una nueva iniciativa que es aún peor.

El congresista republicano Lamar Smith lidera un proyecto de ley que daría atribuciones prácticamente ilimitadas a Estados Unidos en Internet. El proyecto de ley Stop Piracy Act, ha sido presentado por el congresista, quien propone dar amplias facultades a las autoridades estadounidenses, para combatir la piratería tanto en Estados Unidos como en el extranjero.

Diversos medios estadounidenses se refieren al proyecto de ley utilizando la expresión “pena de muerte”, ya que en caso de ser aprobada significaría el fin de los sitios que, según las autoridades, violen derechos de propiedad intelectual estadounidenses.

Aparte de poder ordenar la supresión inmediata de nombres de dominio y el desalojo desde servicios de hosting, las autoridades podrán dar instrucciones a servicios de pago para suspender o retener pagos dirigidos a sitios dedicados a lucrar con material pirateado.
Considerando que prácticamente todos los grandes servicios de pago del mundo (Visa, Mastercard, Diners, American Express y PayPal, entre otros), son estadounidenses, las autoridades podrían organizar tales intervenciones con gran eficacia.

El proyecto de ley enfrenta una férrea oposición entre organizaciones dedicadas a la defensa de las libertades civiles e incluso en círculos empresariales. Una impresión generalizada entre los opositores es que la ley, en caso de materializarse, implicaría una fuerte contracción de la libertad digital, y recuerda más bien a iniciativas propias de países como Irán o China.

Las industrias discográfica y cinematográfica, por su parte, celebran la iniciativa, que por cierto han contribuido a impulsar mediante un intenso lobby. El proyecto de ley cuenta con el respaldo de varios legisladores republicanos y demócratas, aunque también hay políticos detractores.
Aunque la última palabra la tiene el presidente Barack Obama, habiéndose manifestado anteriormente contrario a nuevas iniciativas de ley que limiten la libertad en Internet, Obama también se ve enfrentado a fuertes presiones de la poderosa industria del entretenimiento, que sigue responsabilizando a Internet por una supuesta reducción en sus ingresos después de la masificación de la banda ancha y los PC de bajo precio.

Lo que personalmente me llama poderosamente la atención es las atribuciones de “según lo que consideren las autoridades” lo cual da potestades de solo por aparentar algo pueda cerrarse cualquier sitio en Internet, además de “aplicación en el extranjero”, porque aunque muchos de los servidores están en Estados Unidos, que pueden tener ellos que ver con los servidores ubicados en otra parte del globo. Realmente todo el asunto se ve bastante patético.

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